laeconomiainformalopina

A dos meses de estar parados, los buhoneros se mantienen a la espera de una solución definitiva a sus problemas (Archivo)

Vendedores de dulces criollos regresan al bulevar a partir de mañana
Pilar Díaz EL UNIVERSAL

Vendedores de dulces criollos, chicha y cotufas vuelven mañana miércoles al bulevar de Sabana Grande, después de 58 días sin poder trabajar en ese sector comercial de Caracas.

"Serán ubicados en las calles laterales y van a estar catastrados en un mapa que tiene la Dirección de Gestión Urbana de la Alcaldía de Libertador", indicó Yolanda Wundheiler, representante del sector dulcero.

Esta disposición permitirá a las autoridades un mayor control de los vendedores ambulantes que hay en Sabana Grande. Con este método se evitarán las migraciones de dulceros de otras parroquias que tienen el mismo color del carrito.

Sabana Grande, Candelaria, San Bernardino y San Agustín, tienen el carro de color verde y blanco y eso permite el aumento de vendedores durante las fiestas, como ocurrió en los últimos carnavales.
Pelea por un puesto No está fácil la reubicación de los buhoneros en la "Feria de la Economía Informal", mercado ubicado al final de la avenida Casanova.

Además de los problemas que pueda haber con los arreglos del terreno, también hay que tomar en cuenta las peleas internas existentes entre los buhoneros. Disputas que van más allá de un puesto: del control de la organización a la que pertenecen.

"Quienes vamos a salir perdiendo aquí somos los trabajadores comunes y corrientes, porque los dirigentes se están peleando los puestos para sus respectivos grupos", comentaban a las puertas del terreno los buhoneros que siguen el avance de los trabajos que se están realizando.

Por un lado está José Chaurán y su gente con el eslogan "Todos o ninguno" protestando la limitación de espacios en el terreno de la Casanova.
"Aquí se hizo un censo y no se están respetando las cifras que hay de trabajadores informales, que pasan de los dos mil", indicó Chaurán.
Por su parte, Edgar Molina asegura que "hay personas que están saboteando el trabajo que se está haciendo para la reubicación en el terreno. Ya hay 700 puestos con toldo y en las próximas semanas se pondrá el resto para que se ubiquen los 800 informales restantes".

Mientras tanto, los buhoneros de Sabana Grande van a cumplir dos meses sin trabajar y, según advierten, comienzan a presionar las deudas y "hasta el estómago".

La propuesta para salir del atolladero es la realización de un sorteo de los puestos y que empiecen a trabajar los primeros 700 buhoneros, lo que está apoyado por Molina pero rechazado por Chaurán.
Las autoridades a su vez insisten en que de no ponerse de acuerdo los dirigentes, ellas reubicarán a los trabajadores.