Friday, March 30, 2007

 

LOS BUHONEROS SON EMPRESARIOS POTENCIALES

Los trabajadores informales movilizan 20 mil millones de dólares al año

La economía informal en el país se incrementa aceleradamente y las medidas de desocupación de los espacios tomados por los buhoneros sin estrategias articuladas de reinserción en el aparato productivo nacional, lejos de resolver el problema, va tensando la cuerda entre el Gobierno y los trabajadores informales que sólo piden trabajar.

El potencial de esta fuerza laboral puede ser empleado para resolver el conflicto
Las aceras del boulevard de Sabana Grande libres de vendedores informales es una vista que hace mucho no se apreciaba en la ciudad. Desde hace ya algún tiempo, vecinos, transeúntes y comerciantes pedían a gritos la recuperación del espacio público.

Y fue así. Desde hace 25 días –por decisión presidencial- los buhoneros no han podido volver a instalarse en sus habituales puestos. Pero esto no ha resultado ser la solución al problema, pues como ya es conocido, lo que se ha desencadenado es un conflicto que promete convertirse en una bomba de tiempo para el Ejecutivo Nacional, de no buscar reubicación para los buhoneros del boulevard.

Y es que no podía ser de otra manera, pues a juicio de Tomás Páez, presidente del Centro de Asistencia Técnica para el Aprovechamiento de la Productividad (Ceatpro) la informalidad y en este caso la buhonería resulta ser “un fenómeno socioeconómico que se sostiene sobre sólidas redes de producción. No en vano representa 15% del PIB y moviliza aproximadamente 20 mil millones de dólares al año”.

La buhonería como bien lo dice Páez es sólo la punta del iceberg y dado que son la expresión más visible, a la hora de combatir la llamada “economía informal” son precisamente ellos los que se convierten en el centro del conflicto. Hay que aclarar que “la informalidad incluye psicólogos, sociólogos, economistas, ingenieros, diseñadores, ‘mata tigres’, plomeros”.

Esto significa que en la actualidad existen seis millones de trabajadores en este sector, es decir, 50% de la fuerza laboral actual del país. Según los pronósticos de Ceatpro el porcentaje de informalidad va a seguir creciendo y esto es porque básicamente, muchos de estos trabajadores, que cuentan con cierto nivel de profesionalización, han encontrado en este sector ventajas que un empleo formal no les ofrece.

Formal vs. informalPara Lidia Janeth Gamboa, de 35 años, la buhonería ha sido, desde hace seis años, su medio de subsistencia, luego que cerrarán el centro comercial del que era encargada, lo que la llevó a invertir en un puesto ambulante, “a mi edad no consigo un trabajo que pueda cubrir las necesidades de mi familia, yo tengo dos hijos y necesito trabajar, quisiera salir de aquí, pero es imposible, en el empleo formal no consigo un buen trabajo que resulte tan rentable como la economía informal, aquí no solo es 15 y último, uno maneja su propio dinero, sabes trabajarlo, invertirlo y ahorrar, pero no quiero estar aquí toda la vida”.

Razones como la rentabilidad del negocio son vitales a la hora de pasar de bando, pues actualmente, en el país las condiciones no favorecen en términos económicos al que pertenece al cada vez más deprimido sector formal. “Un marco legal y regulatorio como la Lopcymat, el seguro social o todos los permisos para conformar una empresa, resulta asfixiante e impositivo para el sector privado, lo que genera es un crecimiento sostenido en el sector informal” indicó el experto en fenómenos socio-económicos.

A esto se suman, las exigencias impuestas por la banca para incluirse en el sistema financiero y que imposibilitan al comerciante para pedir un crédito y tratar de formar parte del sector privado formal. Para Páez “las dificultades para bancarizarse obligan a los pequeños comerciantes a acudir a prestamistas informales”.

En la mayoría de los casos las necesidades económicas inmediatas privan sobre la estabilidad laboral y la seguridad social, bien lo dice Fátima Marques, buhonera del Boulevard de Sabana Grande desde hace ocho años “un sueldo en la empresa privada no es suficiente para pagar un alquiler y mantener una familia con dos hijos como tengo yo, en cambio con la economía informal resuelvo el día a día, poco o mucho, pero siempre llevo plata a mi casa”.

Se busca soluciónAnte la ineludible realidad de los buhoneros reclamando en el propio boulevard su derecho al trabajo, el gobierno ha intentado definir algunas estrategias para solucionar el problema y que se evalúan al margen de uno de los involucrados: los vendedores informales.

La Alcaldía Mayor, por ejemplo, ya hizo público su plan de recuperación, que además ya había sido discutido hace aproximadamente seis meses, pero no llegó a concretarse. El pasado 22 de enero, en ocasión de la coyuntura, retoman el proyecto que busca convertir el Boulevard de Sabana Grande en un gran corredor peatonal (lo que siempre fue) de carácter comercial, turístico, recreacional y cultural, para lo que ha destinado una inversión de aproximadamente Bs. 180 millardos.

Por otra parte, la Cámara Municipal de Libertador evalúa la conformación de una comisión integrada por representantes de la Alcaldía de Caracas y del Gobierno Nacional, trabajadores informales y vecinos para encontrar una solución al problema.

Pese a la aparente intención del gobierno de plantear soluciones, las discusiones se están desarrollando sin tomar en cuenta al principal actor en juego: los comerciantes en la calle. José Chaurán, vocero del sector ante el Consejo Local de Planificación Pública (CLPP) del municipio Libertador, asegura que aún no han podido llegar a un acuerdo concreto ni con la Alcaldía ni con el “alto Gobierno”, tampoco han logrado sentarse todos alrededor de la misma mesa para negociar una salida “digna” para los trabajadores. Hasta la fecha lo único que puede asegurarse es que no volverán a sus antiguos lugares de trabajo, al menos así lo dejó claro el Presidente de la República Hugo Chávez en su pasada alocución dominical: que los buhoneros no regresarán al boulevard y que tienen que respetar los espacios públicos. Mientras tanto los 5.500 trabajadores informales del Boulevard tienen cerca de 25 días sin percibir ingresos y sus bolsillos empiezan a sentir las graves consecuencias del desalojo.

Buhonero pero útilSi bien el número de trabajadores en la informalidad es elevado –y promete seguir en aumento- esto no significa que revertir el proceso y crear una estructura de producción formal sea imposible. Para Tomás Páez, la solución la tienen los mismos agentes del conflicto, en este caso, los vendedores ambulantes. Y es que, “está demostrado que todo este aparato productivo informal cuenta con una capacidad empresarial, que adecuadamente fortalecida, puede ser generadora de empleo, riqueza y de tributos para el Estado” aseguró Páez.

Pero para conseguirlo es necesario desarrollar una estrategia de formalización que logre potenciar las capacidades innatas que posee el trabajador informal. No es difícil conseguir a lo largo de todo el paseo a universitarios que no obtuvieron de la empresa privada las posibilidades de crecimiento.

Yolanda Wundheiler tiene 47 años y es licenciada en administración con una especialización en banca y finanzas, sin embargo, vende dulces en el boulevard de Sabana Grande pues, “la empresa privada ya no contrata personas de mi edad aunque esté capacitada, entonces no me queda más remedio que incluirme en este sector para sobrevivir” indicó quien hoy es dirigente de los trabajadores de la economía informal del rubro de alimentos y bebidas.

La clave está, a juicio de Páez, en instaurar políticas serias de: formación, seguridad social, tributación, asistencia técnica y aprovechar el potencial de muchos trabajadores informales. Finalmente, el sociólogo está convencido de que “es necesario utilizar las capacidades de las universidades y las ONG’s y propiciar un acercamiento entre los trabajadores y las empresas de seguros, los bancos y las empresas de telecomunicaciones para poder crear un eficiente mecanismo de formalización económica”.

Los números no mienten

De los 12 millones de empleados que hay en el país, 1.800.000 pertenecen a la administración pública.

El desempleo promedio en los últimos seis años se ubica en 15% y hoy día alcanza 1.500.000 personas.

El sector formal emplea aproximadamente 3.500.000 personas.
De las 450.000 empresas formales sólo 30% está bancarizada, el 70% restante acude a prestamistas.

Fuente: Centro de Asistencia Técnica para el Aprovechamiento de la Productividad

Lisbeth Calzadillalcalzadilla@correodelavila.com

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