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sábado, 19 de ene de 2008

El líder de la protesta de los buhoneros rechaza las constantes acusaciones del alcalde del muncipio Libertador contra los comerciantes informales. "Si fuésemos mafiosos, no viviríamos al día", dijo a El-Nacional.com. Aseguró que no levantarán la huelga de hambre "hasta que el último compañero se desmaye"

De lejos se veía el cordón amarillo que delimitaba un área de la plaza El Venezolano donde se apostaron los trabajadores informales que se declararon en huelga de hambre, luego de haber sido desalojados de las calles del casco histórico caraqueño a través del decreto 278, emitido por la Alcaldía del Municipio Libertador.

Desde el jueves 17 de enero están allí. Los carteles que penden de la sombrilla que los cubre señalan que la hora exacta del inicio de la manifestación fue las 10:20 am, cuando Expedito Rivera, líder de los buhoneros, se encadenó las manos en señal de protesta. Pocos minutos después se le unieron tres de sus compañeros. Al término de la primera jornada ya eran siete los que se habían atado las manos y hoy ya suman ocho.

Rivera, quien fue el primero en anunciar que dejaría de comer para que se revocara el decreto, llevaba ese jueves una franela de la Asociación de Comerciantes Independientes Bolivarianos La Marrón (ACOIBOLMAR), la cual preside. Se levantó de su silla y atravesó las colchonetas en las que duermen en las noche y, de inmediato, advirtió "no estoy yo solo en esto, también están todos estos compañeros, todos ellos pueden hablar".

Por 25 años, comentó, se mantuvo como comerciante en la esquina Las Madrices y durante más de dos décadas ha sido uno de los coordinadores de los informales de su sector. A partir de 2000 empezó a vender discos de música venezolana. "Tenía de todo, de todos lo géneros, lo que usted quisiera", recordó.

Para el grupo que representa, el desalojo viola su derecho al trabajo ya que no se le ofrecieron alternativas antes de que se aplicara la medida. Asegura que no tiene ni propiedades ni cuentas millonarias. "Vivimos al día (...) Si dejamos de trabajar por 15 días eso nos pega", afirmó.

Se declaró afecto al gobierno de Hugo Chávez, aunque opinó que quienes le rodean no cumplen con su trabajo, como ocurre con el alcalde de Caracas, Freddy Bernal, a quien acusa de traidor por haberles prohibido laborar en la vía pública.
Su ayuno se remonta al miércoles pasado, en la noche. Prefirió no cenar para evitar ir al baño durante la huelga. Sólo se tomó un café el jueves, en su casa, antes de encadenarse. En la plaza se mantiene tomando agua.

¿Hasta cuando piensan mantener esta huelga?
Hasta que el último compañero se desmaye, no vamos a levantar la huelga.

¿Cómo se han protegido de la inseguridad durante las noches en la plaza?
Nosotros tenemos ya un cordón de seguridad, hecho por nosotros mismos. Lo demás se lo dejamos a Dios.

Freddy Bernal siempre habla sobre las mafias que organizan a los buhoneros ¿Usted es parte de éstas, las conoce?

El señor alcalde siempre habla de esas mafias. Yo, como coordinador, me siento aludido. Si yo fuera mafioso, no viviría del día a día. Yo no tengo ni casa propia, nosotros vivimos al día a día, lo que ganamos es para la subsistencia. No tengo carro, no manejo cantidades de dinero. Yo creo que esa es una cosa que maneja el señor alcalde para eludir su responsabilidad (...) Nosotros sabemos la cantidad de millardos que se le han dado para hacer los centros comerciales y su mala gestión no ha dejado que se construyan.

¿Por qué no han asistido a las mesas de diálogo?

Como seres humanos, como trabajadores, se nos debe demostrar con hechos que las políticas del señor alcalde son las mejores. Él sacó a la gente del bulevar de Sabana Grande y los llevó a una feria, que yo llamo potrero, y allá todo el mundo está descontento. Les ofrecieron becas, estudios, créditos y nos les cumplieron. Él quiere hacernos lo mismo. Quiere agarrar a Sabana Grande como ejemplo, pero nosotros lo consideramos indigno.

Nos hemos sentado en las mesas de diálogo pero no podemos esperar tres meses. Nosotros vivimos del día a día, ya el hecho de dejar de trabajar por dos semanas, nos pega.

También ha dicho Bernal que el grupo que protesta es mínimo con relación a los que están discutiendo en las mesas...
Él se jacta de decir que somos un grupito, una minoría, que estamos embochinchando y alborotando. Pero demostramos que no es así. Con la marcha demostramos que somos organizados, actuamos con mucho civismo, porque nuestra lucha es pacífica y sin armas. En las primeras mesas de diálogo, propusimos que íbamos a llegar a acuerdos pero trabajando en la calle. Va a venir un momento en el que el desespero del colectivo no lo vamos a poder controlar, ahí va a venir el problema.

¿Qué le dice a los comerciantes que sí están acudiendo a la Alcaldía?
Les digo que no vayan a firmar ningún acuerdo con el señor alcalde, porque lo que va a hacer es tirarlos por un barranco.

El alcalde sostiene que está defendiendo el derecho al tránsito de tres millones de caraqueños...
Y por qué no lo dijo hace siete años cuando se lanzó a alcalde. En vista del poder de líder que tenía nuestro Presidente, nosotros estuvimos con él, en la primera elección. Luego, lo reelegimos. ¿Por qué en estos momentos, a pocos meses de entregar su gestión como alcalde, nos hizo esto? Eso es una traición y la traición se paga con creces.

Pero en Miraflores tampoco los trataron muy bien...
El problema es que yo no sé que está pasando con los revolucionarios que tiene nuestro Presidente a su alrededor. Lo que él hace con las manos, sus líderes locales lo estropean con los pies. A la comisión de nosotros que fue a llevar el documento a Miraflores no la atendieron bien, ni siquiera los dejaron entrar sino que los recibieron detrás de la ballena con un piquete de la Policía Metropolitana. Yo estoy casi seguro de que había unos 300 funcionarios policiales y ocho tanquetas. Nosotros no somos ningunos delincuentes, somos seres humanos como cualquier ministro.

¿Qué piensan hacer al término de esta huelga si no han obtenido respuesta?
Seguiremos con nuestra lucha cívica como hasta ahora. Fue un poco difícil convencer a nuestro compañeros de que esto era una lucha pacífica y que nos íbamos a adaptar a todas las normativas. Pedimos un derecho de palabra en la Asamblea Nacional para el próximo miércoles 23 de enero. Pero a partir del día 28, lo que pase con la economía informal será responsabilidad del señor alcalde (...) los trabajadores saldremos a la calle con la autorización o no de la alcaldía. El señor alcalde nos ha estado amenazando con la Guardia Nacional, entonces que se prepare la Guardia para echarnos plomo porque estamos dispuestos a hacernos matar por nuestros hijos.

¿Qué les dice a quienes, como ciudadanos, exigen que los espacios públicos estén libres de buhoneros?
Que se pongan en nuestro lugar. Cambiemos la posición: ellos como buhoneros y nosotros como ellos.
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